Un Estudio Bíblico por Jack Kelley
"Y le sucederá en su lugar un hombre despreciable, al cual no darán la honra del reino; pero vendrá sin aviso y tomará el reino con halagos" [intrigas] (Daniel 11:21).
En el año 175 a.C., Antíoco IV Epífanes subió al poder en Siria luego de robarle el trono al heredero legítimo, su pariente Demetrio II, hijo menor de Seleuco IV Heliodoro. El Seleuco original era uno de los cuatro generales que se dividieron el Imperio Griego después de la muerte de Alejandro Magno. Entonces Antíoco Epífanes se convirtió en el octavo descendiente de Seleuco para sentarse en el trono de Siria.
Las fuerzas enemigas serán barridas delante de él como con inundación de aguas; serán del todo destruidos, junto con el príncipe del pacto (Onías III)… Y despertará sus fuerzas y su ardor contra el rey del sur con gran ejército; (Ptolomeo VI de Egipto) y el rey del sur se empeñará en la guerra con grande y muy fuerte ejército; mas no prevalecerá, porque le harán traición. Y volverá (el rey del norte Antíoco) a su tierra con gran riqueza, y su corazón será contra el pacto santo; hará su voluntad, y volverá a su tierra (Daniel 11:22, 25, 28).
Poco tiempo después de haber tomado el poder, en su camino para invadir Egipto, Antíoco atacó Israel, robando todos los implementos de oro y de plata del Templo. Mató al último y legítimo Sumo Sacerdote, Onías III, y después de eso, el puesto fue vendido al mayor postor, yendo a parar el dinero a los bolsillos de Antíoco.
El Nacimiento de los Saduceos
Antíoco empezó a “helenizar” a Israel y poco tiempo después muchas de las personas que eran ricas y que tenían influencia entre los israelitas, adoptaron el estilo de vestir de los griegos, cortándose el cabello y rasurándose sus barbas. También lograron que se mezclara la filosofía y cultura griegas en el estilo de vida judío. De estos seguidores del pensamiento griego, nació el partido político llamado los saduceos, el cual eventualmente creció hasta ser prominente durante el tiempo de Jesús. Fue la influencia de la filosofía griega en su enfoque de las Escrituras Hebreas lo que cegó a los dirigentes saduceos al hecho de que las profecías mesiánicas se estaban cumpliendo frente a ellos durante la vida del Señor en la Tierra.
Al tiempo señalado volverá al sur; mas no será la postrera venida como la primera. Porque vendrán contra él naves de Quitim, y él se contristará, y volverá, y se enojará contra el pacto santo, y hará según su voluntad; volverá, pues, y se entenderá con los que abandonen el santo pacto (Daniel 11:29-30).
Inicialmente, este acomodo con la cultura griega solamente encontró una resistencia oral, pero todo eso cambió cuando los egipcios se rebelaron y con la ayuda de la marina romana, derrotaron a Antíoco y lo expulsaron de Egipto. Furioso, Antíoco invadió de nuevo Israel, esta vez exigiendo que se le adorara como Dios. (El nombre “Epífanes” se deriva del título que él mismo se puso, “teos epífanes” o dios hecho manifiesto. Después de eso los judíos empezaron a llamarlo “Epimanes” que significa el loco.) Declaró ilegal la lectura de las Escrituras Hebreas, castigando con la muerte a quienes poseyeran copias de las mismas. La circuncisión, orar, guardar el Sabbath y adorar al único Dios Verdadero fueron acciones también proscritas y castigadas severamente si se desobedecía.
Y se levantarán de su parte tropas que profanarán el santuario y la fortaleza, y quitarán el continuo sacrificio, y pondrán la abominación desoladora. Con lisonjas seducirá a los violadores del pacto; mas el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará (Daniel 11:31-32).
Deje el Martillo
En el año 168 a.C., Antíoco de nuevo irrumpió en el Templo y lo convirtió en un centro de adoración pagana en honor al dios griego Zeus (llamado Júpiter en la mitología romana). En lugar de la sangre de toros y machos cabríos, roció agua, en la que había hervido un cerdo, en el Lugar Santísimo, y degolló cerdos sobre el altar. Luego levantó una estatua de Zeus en el Lugar Santo, con su propio rostro en ella, proclamándose, por lo tanto, ser Dios. Debido a lo que hizo, el Templo ya no era adecuado para la adoración a Dios, y los historiadores judíos le llamaron a eso la abominación desoladora, el cual ha sido el único evento en la historia llamado así. Esto lanzó la revuelta de los macabeos.
Durante 3-1/2 años los judíos pelearon una de las primeras guerras de guerrillas bajo el mando de Judas Macabeo (Judas el Martillo), finalmente derrotando a los sirios en el año 165 a.C. Después de haber recapturado el Templo, derribaron el altar contaminado y la estatua de Zeus, pulverizándolos, para luego construir un altar nuevo hecho de piedras sin cortar.
Luego se dedicaron a purificar el Templo para re-dedicarlo a Dios, en un proceso que duraba ocho días (2 Crónicas 29:17). Pero solamente tenían suficiente aceite sagrado para arder en la Menora (la lámpara de siete brazos que permanecía en el Lugar Santo) durante un solo día, y la ley requería que ardiera permanentemente. Debido a que el proceso para la preparación del aceite sagrado era bastante tedioso, decidieron no esperar, y así utilizaron el aceite disponible para encender la Menora, confiando que Dios lo consideraría aceptable. Dios estaba complacido e hizo que el aceite durara los ocho días necesarios de la purificación, hasta que el nuevo suministro de aceite estuviera listo y la re-dedicación se completara.
Ocho son Suficientes
Aquellas personas que estudian el uso simbólico de los números en las Escrituras, conocen que ocho es el número de los Nuevos Comienzos, y ciertamente, la victoria macabea sobre los sirios, lanzó una nueva era, conocida como la Dinastía Asmonea. Durante mucho de ese período, el cual duró hasta cerca del año 64 a.C., Judea, como era conocido Israel entonces, disfrutó de la condición de nación independiente, habiendo finalmente obtenido su independencia de Siria en el año 142 a.C. Después de otras victorias asmoneas, los judíos lograron obtener un territorio cuyas fronteras casi aproximaban las del tiempo de Salomón. El dominio judío fue extendido a toda la nación ya expandida y la vida judía floreció una vez más. Fue un Nuevo Comienzo para los hijos de Israel.
La Fiesta de la Dedicación
El milagro del aceite aun se celebra hoy día durante la fiesta de ocho días de Hanukkah, palabra que se deriva del hebreo y que significa dedicación. También se le llama el Festival de las Luces, y este año (2010) dió inicio en el atardecer del 1° de diciembre.
Para celebrar el Hanukkah se utiliza una candelabro especial con nueve brazos, ocho de los cuales conmemoran los ocho días en que el aceite estuvo ardiendo. El noveno brazo, llamado el Shamash, es, por lo general, más alto que los otros ocho. Su mecha siempre se enciende de primero y sirve para encender las demás, una cada día, hasta que en el día octavo, el día de Hanukkah, todas están ardiendo. La palabra hebrea Shamash significa siervo, de tal manera que el Shamash es la mecha sierva que se levanta sobre las demás y es la que las ilumina.
De manera increíble el Hanukkia, o la lámpara Hanukkah, se convierte en un bello modelo del Mesías y Su iglesia. Fue el Señor Jesús, el siervo obediente, quien fue levantado (Juan 3:14) y quien da luz a todos los demás (Juan 8:12). Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir (Marcos 10:45).
Si ustedes han leído nuestros estudios sobre la posible fecha del nacimiento del Señor, ustedes se han dado cuenta de que yo creo que Él fue concebido durante la Fiesta de Hanukkah y que Su vida, como todas las demás, empezó en el momento de Su concepción. Si eso es así, el Hanukkia es un recordatorio apropiado de que la Luz del Mundo llegó durante el Festival de las Luces, lanzando así un Nuevo Comienzo para toda la humanidad.
De la Historia a la Profecía
Nosotros sabemos que todas las festividades levíticas tienen tanto un cumplimiento histórico como uno profético. Por ejemplo, la Pascua conmemora la liberación de los judíos de la esclavitud en Egipto, y mira adelante hacia el Mesías quien nos libera a todos nosotros de la esclavitud de nuestros pecados. El aspecto profético de las fiestas primaverales fue cumplido con la primera venida del Señor, la fiesta veraniega de Pentecostés conmemoró el haber dado la Ley y fue cumplida en la Iglesia, y las fiestas otoñales conmemoraron cuando el Señor moró entre nosotros y será cumplida en Su Segunda Venida. La Fiesta de Hanukkah no es una festividad levítica, pero yo creo que tiene un cumplimiento profético importante como todas las demás.
Al repasar la historia de Hanukkah, yo estoy seguro que ustedes se han dado cuenta de las similitudes a eventos que aun están en el futuro. Un día pronto, un hombre llegará a la escena mundial. Rápidamente se hará muy poderoso, asumiendo una posición de liderazgo que no le corresponde legítimamente. Muchas personas le darán su lealtad y conquistará a casi todo el mundo. Aun en Israel muchos van a acomodarse a él, aun creyendo que puede ser el Mesías (Juan 5:43).
Pero entonces, él se introducirá en el Lugar Santo y declarará que es Dios (2 Tesalonicenses 2:4). Será otro Antíoco Epífanes. Levantará una estatua de él mismo y la colocará en el Lugar Santo para ser adorada (Apocalipsis 13:14). Otra abominación desoladora, sobre la que Jesús advirtió en Mateo 24:15. Igual que su predecesor exigirá ser adorado como Dios bajo pena de muerte, y hará que todo el mundo le jure su lealtad a él. Le pondrá fin al recién instalado sacrificio en el Templo (Daniel 9:27) e intentará borrar del mundo todo trazo del Dios legítimo. Hará la guerra en contra de todos los que se le opongan, pero ellos pelearán en otra guerra de resistencia. Después de 3-1/2 años será derrotado (Daniel 12:7) y el profanado templo será purificado y preparado para ser utilizado de nuevo en el milenio. Otra Fiesta de Dedicación. E Israel de nuevo experimentará un período de indescriptible paz y prosperidad, extendiéndose a las fronteras originalmente prometidas, El gobierno judío será ejercido por toda la nación extendida y la vida judía florecerá de nuevo (Isaías 65:17-25). Otro Nuevo Comienzo para los hijos de Israel y para todo el mundo. Feliz Hanukkah. 4/12/2010.
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